PERDIDOS
EN UN CAÑAVERAL
Huelgas y “rebuses”
por todas partes. Se había producido en esos
días una nueva alza en los precios de la gasolina y
habían líos por doquier. Teníamos programadas
para ese fin de semana, una serie de
presentaciones, entre ellas, una para “El Pozo”
de Nagua.
Los
organizadores del show, a pesar de la huelga, no
habían querido posponer la presentación.
Salimos
de Santo Domingo como a las 5 de la tarde. A las 7
de la noche, cuando estábamos casi llegando a
Santiago, nos detiene una patrulla policial
y nos dice que tengamos mucho cuidado de
seguir por esa ruta porque estan apedreando los
vehículos, quemando gomas y poniendo
grapas en la carretera. Un poco asustados nos
pusimos a pensar qué hacer. Un joven
campesino, que había estado escuchando lo que
el policía nos había dicho, se dirige a
nosotros y nos dice:
—Yo
conozco un camino para llegar a Nagua, que es mucho
más seguro para ustedes.
Nos
podríamos meter por esos cañaverales y en cosa de
dos horas ustedes estarán haciendo su
presentación sin ningún problema.
Nos
miramos los unos a los otros y decidimos aceptar la
sugerencia del joven y tomarlo de guía.
Reiniciamos
nuestro camino y cada 15 o 20 minutos el joven
hacía que la guagua se detuviera para chequear
bien la ruta a seguir.
—Por
aquí —le oíamos decir.
Al
poco rato:
—Doble
a la izquierda chofer y después a la derecha, etc.
Han
pasado casi dos horas. Una gran oscuridad nos rodea
y como "cuchumil" matas de caña.
Miramos
muy seriamente a nuestro flamante guía. Este, un
poco turbado, esquiva nuestras miradas y no dice
ni una palabra.
Media
hora después, uno de nuestros acompañantes,
bastante molesto y desesperado, le dice al
guía:
—Bueno,
ven acá. ¿tu sabes o no sabes llegar a Nagua por
estos montes?
El
joven baja la cabeza y muy apenado le responde:
—Sí,
yo sé llegar... pero de día.
P. S. A
las 2:30 de la madrugada, llegamos a la discoteca
donde nos íbamos a presentar y con lo único
que nos encontramos fue con un triste mozo que
estaba recogiendo los vasos y las sillas y
maldiciendo a Olga Lara por irresponsable.
¡Qué barbaridad!
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