Programas de Conciertos
HOMENAJE A HÉCTOR J. DÍAZ
En las mismas calles
cálidas y fuertemente soleadas
de Azua, nos encontramos el poeta y yo.
Hace muchos años.
Correcteamos juntos.
Yo, sobre mis ágiles zapatos de colegiala.
Él, eterno, a lomo de su recuerdo hecho
palabra, en los labios de la gente del barrio.
Crecimos juntos.
Él, en mi admiración. Yo, en mi
adolescencia.
Con sus versos se fueron desvaneciendo mis
días inocentes.
Y su voz era la voz del inalcanzable príncipe
azul de nuestra edad clara y sin problemas.
Crecí con el orgullo de haber nacido en el
mismo suelo, bajo el mismo calor y dentro
de la misma brisa en que nació el poeta.
Me llenaron tanto sus versos, que he vivido
con el fardo de una deuda pesando sobre
mi propia emotividad.
Y he decidido pagarle ahora.
Gracias a todos los que lo han hecho posible.
Gracias a quienes nos acompañan.
Gracias a quienes lo quieren y, sobre
todo, gracias a quienes han venido a buscarlo.
Porque los pueblos deben conocer y querer
a sus artistas, a sus bardos, a quienes
dejan tanta riqueza espiritual como
herencia imperecedera para su gente.
Porque en la medida en que los apreciamos,
así crecerá la República.
Y aquí estoy... y aquí estamos todos, poeta,
Héctor amigo.
Te debo tanto que sólo aspiro...
Que todos te conozcan y
que todos te quieran.
Olga
Lara
|